Hacia un cine del equilibrio entre nuestras múltiples miradas y la diversidad de tanto por observar

7.11.07

Desconexión en la periferia

El proyecto Manamundo hace intentos por llevar adelante sus blogs, como medios de intercambio y conexión con el mundo. Sin embargo nuestro trabajo en zonas que no tienen ningún tipo de señal telefónica y mucho menos Internet, nos aleja un poco de la posibilidad de conectarnos con la regularidad necesaria.

Desde aquí un llamado a la reflexión sobre este punto: los sitios más aislados de Venezuela, por lo general no tienen ni siquiera acceso a teléfono. Mientras tanto, nuestras colapsadas ciudades, tienen todas las conexiones que se desee. Y para rematar, los servicios satelitales son muy costosos, por lo que en la periferia, donde el grueso de la población es de pocos recursos económicos, se hace casi inviable para la mayoría aprovechar estos medios ofrecidos por transnacionales. En la periferia se está aislado de todo y por todo. Mejor así para muchos misántropos, ecologistas y contrarios a la globalización, entre otros, pero…

¿No sería mejor que en la selva, en los llanos y en las montañas, existiera más conexión que en los sitios como las ciudades, donde todo está a la mano? No se desconcentrarían un poco las ciudades, si existiera la posibilidad del trabajo telemático desde cualquier lugar de Venezuela? Es decir: acaso los programadores, cineastas, diseñadores, músicos, artistas plásticos, escritores, etc., no podrían ejercer la mayor parte del tiempo sus profesiones desde sitios más tranquilos y menos complicados que las ciudades usando Internet?

Cine+Venezuela y Proyecto Manamundo lamenta no poder publicar con la frecuencia acostumbrada en otros blogs de importante interés. Sin embargo, para quienes estén interesados en los posts esporádicos que hagamos, dejamos la siguiente dirección de correo electrónico para que nos escriban y así incorporarlos a nuestra lista de contactos: manamundo@yahoo.com

Muchas gracias por su valiosa atención

6.3.07

"El pueblo, personaje central" Por Miguel Littín


(...) "si uno interpreta la conducta y la moral de sus semejantes desde lejos, desde un escritorio, en general adjudica a sus contemporáneos valores, comportamientos y moral que no son de ellos, sino que de uno. Y los que estamos haciendo cine ahora hemos recibido valores determinados por una educación que está delimitada por formas culturales que vienen de la cultura del opresor, de la cultura europea, de la cultura imperialista, por llamarla así"...

24.1.07

Cine + Venezuela 2007



A finales del año 2006 varias noticias relacionadas a los medios audiovisuales de Venezuela, ofrecen para el año 2007 una serie de escenarios por demás fuera de lo común en los últimos veinte años por lo menos.

Por un lado, según las proyecciones del Ministerio de la Cultura se estrenarán 35 largometrajes o más. Por otro, RCTV, un canal de televisión cuya señal libre llega a casi todo el país, ante la negativa gubernamental de la renovación de su concesión, dejará de transmitir por la vía abierta y posiblemente pase a ser un servicio televisivo por suscripción.

Así las cosas, sumar cine a la Venezuela que se plantea para el año 2007, podría dar como resultado muchas historias y mucho espacio televisivo por llenar. Este año que comienza debe ser el de la consolidación del cine como máxima expresión de nuestros pueblos, de nuestros espacios y nuestros tiempos, tanto a través de las salas como de la pantalla chica, en cualquier formato, desde el video registrado con un teléfono celular hasta la película que cueste dos o tres mil millones de bolívares (muy justificados). El cine debe ser la mejor posibilidad de ver y escuchar nuestra diversidad.

Para lograrlo, el punto de equilibrio podría estar en la producción nacional independiente destinada a hacer la diferencia en los medios audiovisuales. Un hombre con una idea y una cámara (recordando a Glauber Rocha), podría ser más que suficiente para hacer ese documental o esa ficción que nos conmueva a todos como país. El productor independiente debería estar llamado a llenar los espacios televisivos y las carteleras con propuestas frescas, diferentes, innovadoras, desde lo más profundo de nuestras culturas, desde los mundos que componen esto que llaman Venezuela, territorio que poco a poco podría desdibujar sus fronteras y absorber a quienes con mente muy abierta, quieran echarse al hombro las ansias de tiempos renovadores, sin líneas que dividan países, sin obstáculos para la libertad creadora.